jueves, 12 de marzo de 2009

ESPAÑA ES ASI


Ayer releyendo entre papeles, me encontré este documento que no tiene desperdició y que me arranco de nuevo unas carcajadas increibles:


Explicación de un albañil gallego a la compañía aseguradora que no comprendía, debido a la naturaleza de sus lesiones, como podía haber ocurrido el accidente. (Este es un caso verídico cuya transcripción fue obtenida de una copia de archivo de la aseguradora. El caso fue juzgado por el Tribunal de Primera Instancia de Pontevedra)

Excelentísimos señores:

En respuesta a su pedido de informaciones adicionales declaro: en el ítem 1 sobre mi participación en los acontecimientos, mencioné “tratando de ejecutar la tarea sin ayuda”, como la cusa de mi accidente. Me piden en su carta que dé una declaración más detallada, por lo que espero que lo que sigue adelante aclare de una vez por todas sus dudas.

Soy albañil desde hace 10 años. El día del accidente estaba trabajando sin ayuda, colocando los ladrillos en una pared del sexto piso del edificio en construcción en esta ciudad. Finalizadas mis tareas, verifiqué que habían sobrado aproximadamente 250 Kg. de ladrillos. En vez de cargarlos hasta la planta baja a mano, decidí colocarlos en un barril, y bajarlos con ayuda de una roldana que felizmente se hallaba fijada en una viga en el techo del sexto piso. Baje hasta la planta baja, até el barril con una soga y, con la ayuda de la roldana, lo levanté hasta el sexto piso, atando el extremo de la soga en una columna de la planta baja.

Luego subí y cargué los ladrillos en el barril. Volví a la planta baja, desate la soga, y la agarré con fuerza de modo que los 250 Kg. de ladrillos bajasen suavemente (debo indicar que en el item1 de mi declaración a la policía he indicado que mi peso corporal es de 80 Kg. Sorpresivamente, mis pies se separaron del suelo y comncé a ascender rápidamente, arrastrado por la soga.

Debido al susto, perdí mi presencia de espíritu e irreflexivamente me aferré más aún a la soga mientras ascendía a gran velocidad. En las proximidades del tercer piso me encontré con el barril que bajaba a gran velocidad, aproximadamente similar a la de mi subida, y me fue imposible evitar el choque. Creo que allí se produjo la fractura de cráneo. Continúe subiendo hasta que mis dedos se engancharon dentro de la roldana, lo que provocó la detención de mi subida y también las quebraduras múltiples de los dedos y de la muñeca. A esta altura (de los acontecimientos), ya había recuperado mi presencia de espíritu, y pese a los dolores continúe aferrado a la cuerda. Fue en ese instante cuando el barril chocó contra el piso, su fondo se partió y todos los ladrillos se desparramaron. Sin ladrillos, el barril pesaba aproximadamente 25 Kg.

Debido a un principio simplísimo comencé a descender rápidamente hacia la planta baja. Aproximadamente al pasar por el tercer piso me encontré con el barril vacío que subía. En el choque que sobrevino estoy casi seguro se produjeron las fracturas de los tobillos y de la nariz. Este choque felizmente disminuyó la velocidad de mi caída, de manera que cuando aterricé sobre la montaña de ladrillos solo me quebré tres vértebras. Lamento sin embargo informar que cuando me encontraba caído encima de los ladrillos, con dolores insoportables, sin poder moverme y viendo encima de mí el barril, perdí nuevamente mí presencia de espíritu y solté la soga. Debido a que el barril pesaba más que la cuerda, descendió rápidamente y cayó sobre mis piernas, quebrándome las dos tibias. Esperando haber aclarado definitivamente las cusas y desarrollo de los acontecimientos, me despido atentamente. Será justicia…

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